La programación en educación infantil 2019, por Carlos S. Calleja

La educación infantil ha cambiado notablemente en los últimos años, a los nuevos retos con el alumnado se han sumado nuevas líneas metodológicas, aplicación de diferentes recursos, mayor inclusión digital en la escuela etc. Ante ello se presenta una eminente modificación del ámbito legislativo, una modificación que previsiblemente no afectará a las oposiciones de 2019 pero que tendrá unas características que ya la propia LOMCE nos quería anticipar. Basta recordar sus modificaciones, como la del artículo 6 de la LOE, donde intenta marcar una nueva senda con una educación infantil más integrada en la línea de la educación obligatoria, como ya se ve con claridad en el bachillerato que tiene en común con ella su carácter no obligatorio.

Ante estos cambios, y ante esta nueva perspectiva legislativa, programar en educación infantil se ha convertido en un reto en constante actualización. Hemos visto a nuestro alrededor como en primaria, secundaria, bachillerato la programación ha girado hacia nuevos conceptos, hacia nuevos retos, hacia nuevas organizaciones. Una programación en la etapa de educación infantil en el año 2019 tiene que mostrar todo ese abanico de cambios. En ocasiones, docentes y otros profesionales se han enraizado en el año 2008 por ser éste, el de nuestro currículo.

A ellos hay que recordarles que nuestra ley en infantil es la LOMCE y nuestros tiempos, los que estamos viviendo en 2018 y 19. El año 2008 sólo es el año del currículo, sólo es el año de las intenciones educativas que tienen que ser la base de nuestro proceso de enseñanza aprendizaje. Desde esas intenciones educativas cabe una programación con una organización estructurada y con unos retos perfectamente definidos en los aprendizajes de carácter social que queremos defender en nuestro alumnado.

La educación infantil no puede dar la espalda a la educación en competencias, el Decreto 85 y sus anexos que lo concretan curricularmente son meridianamente claros, los retos que persigue nuestro alumnado imponen dejar por escrito algo que de facto ya se hace en todas las escuelas y colegios de esta etapa: un trabajo en situaciones, un trabajo en retos, un trabajo desde metodologías globalizadoras donde el alumnado siempre se enfrenta a una situación contextualizada y que va a conformar poco a poco su proyecto de vida. Al fin y al cabo eso es una competencia, el desarrollo de las capacidades en situaciones definidas que auguren con éxito la construcción de su proyecto personal, social y académico.

La programación que defenderé y trabajaremos en Opox será absolutamente sensible a todo ello, absolutamente adaptada a 2019 y absolutamente filtrada por el imprescindible trabajo de nuestras profesionales de la etapa.

Se cumplen ahora dos años desde que escribí un artículo en el que reivindicaba una programación de infantil ágil,  competencial, organizada y adaptada a nuestros tiempos, cabe ahora su revisión y actualización porque los tiempos cambian, los retos cambian, nosotros debemos cambiar ya que los niños y las niñas no pueden esperar.

Y tampoco tu éxito en la oposición.

Carlos S. Calleja, coordinador desarrollo Programaciones en Opox

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