Hablar de enseñanza en competencias es referirnos a aquellas propuestas que, planteadas en el aula, tienen una clara transferencia a la vida real.
Con la entrada de las competencias, por ello, la educación adquiere un marcado carácter social al poner su foco no sólo en lo que debe saber cada alumno/a en las diferentes áreas o materias, sino en cómo debe aplicarlo a la vida real. El saber se hace complejo convirtiéndose en todo un saber actuar (saber, comprender, saber hacer y saber ser y estar) en un contexto.
Dicho contexto será seleccionado por el ámbito educativo como relevante en la formación del alumnado. Cuando hablamos del contexto no lo hacemos para referirnos al tradicional concepto de entorno en el que me desenvuelvo, sino algo más concreto que pone el foco en la implicación cognitiva, social etc. que ese entorno me requiere y en los conceptos, habilidades, destrezas y actitudes que pongo en marcha para resolver con éxito la acción planteada en dicho contexto. Son los llamados contextos de aprendizaje. Los contextos de aprendizaje determinan las características de aula transferibles a la vida personal del alumnado (presente y futura).
Un reciente estudio hecho en nuestra academia sobre contextos de aprendizaje y que parte del análisis de 7 áreas del currículo en educación primaria en Asturias (lengua, matemáticas, ciencias sociales, ciencias naturales, educación física, educación artística y lengua extranjera) ha analizado y llevado a cabo una conexión entre los contextos que nos propone nuestro decreto curricular en cada una de esas áreas. De ese análisis podemos conectar 11 contextos sociales entre las áreas, convirtiéndose en ejes de una educación competencial en primaria (representación gráfica, creatividad, exposición, comunicación oral…). Como decía Carles Monereo compondrán los problemas finitos a los que hay que enfrentar al alumnado (el estudio completo se pone a disposición del alumnado en las sesiones).
Este contexto social relevante debe ser como es lógico considerado en el aula a la hora de plantear las propuestas didácticas convirtiéndose en un contexto de aprendizaje clave en dicha planificación de tareas y actividades. Pensar en este contexto aprendizaje implica considerar sus tres características:
- Es transversal a las diferentes áreas y materias
- Es transferible a diferentes situaciones de nuestra realidad
- Es transportable a otros momentos de la evolución del alumnado a lo largo de la vida.
Antoni Zabala, en esta línea, nos recuerda que podemos discernir entre unos contextos más propios del área o específicos y otros más transversales, ambos necesarios para darle el carácter social a la educación actual. Imprescindible.